Los niños con autismo, suelen recibir las primeras intervenciones a los 3 ó 4 años de edad. Sin embargo, los síntomas más tempranos se presentan antes del primer año de vida, por ello cuanto antes se les diagnostique, primero podrán ser tratados y evitar el avance de ciertos síntomas.

Según una investigación que se publica en Journal of Autism and Developmental Disorders, el tratamiento del autismo a una edad temprana puede reducir de forma significativa los síntomas, tanto, que a la edad de 3 años muchos de los que reciben la terapia no muestran el trastorno del espectro autista ni retraso en el desarrollo.

La terapia, conocida como Infant Start, se administró durante seis meses en niños de entre 6 y 15 meses con síntomas del trastorno, como una falta de comunicación intencionada, patrones de movimientos repetitivos o evitar el contacto visual con los demás. La terapia la aplicaron los padres de los niños y parte de ésta se centró en la interacción paterno-filial cotidiana, por lo que se realizaron juegos en el suelo, en columpios, paseos, y los padres les alimentaron y cambiaron.

"La mayoría de los niños que fueron elegidos para el estudio -seis de cada siete- alcanzaron las habilidades del aprendizaje y del habla a los dos o tres años de edad", explica Sally Rogers, autora principal del estudio, profesora de Psiquiatría en la Universidad de California en Davis.

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