La Organización de las Naciones Unidas (ONU), concretamente su Consejo de Derechos Humanos, ha publicado una Resolución sobre salud mental y derechos humanos, a través de la que demanda la adopción de medidas activas para eliminar la discriminación de las personas con patología mental.
Según pone de relieve este organismo de carácter internacional, existe en su seno profunda preocupación por el hecho de que las personas con trastornos mentales o discapacidades psicosociales y, en general, las personas que utilizan los servicios de salud mental puedan ser objeto de una discriminación, estigmas, prejuicios, violencia o, incluso, exclusión social.
El texto de la resolución parte de que todos los derechos humanos son universales, indivisibles e interdependientes, están relacionados entre sí y se refuerzan mutuamente, además de recordar que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, y reconociendo que estos derechos se derivan de la dignidad inherente a la persona humana, explica la ONU.
En este contexto, esta Organización declara que, por definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. Está contemplado el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental, explica, tras lo que señala que la salud mental es una parte esencial de ese derecho.
A colación de lo expuesto, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU decidió encargar al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos un informe sobre la integración de una perspectiva de derechos humanos en la salud mental y sobre la realización de los derechos humanos y las libertades fundamentales de las personas con trastornos mentales o discapacidades psicosociales, incluidas las personas que utilizan los servicios de salud mental y sociales.
