Resumen

La inestabilidad del estado de ánimo es una experiencia común. En la Encuesta de Morbilidad Psiquiátrica Adulta (APMS) 2007 (n = 7403), se encontró una tasa de población del 13,9%. Era más común en las mujeres que en los hombres, la prevalencia del pico fue en los años 16 a 24, y disminuyó gradualmente con la edad, con el 7% entre los 65 y 74 años. La inestabilidad del estado de ánimo se informó en el 40-60% de las personas con depresión, trastorno de ansiedad, trastorno de estrés postraumático y trastorno obsesivo-compulsivo, y se asoció con un mayor uso de servicios de salud e ideación suicida, independiente de los síntomas neuróticos, el abuso del alcohol, trastorno límite de la personalidad y otros factores de confusión. Como complemento de estos datos en la población general, la inestabilidad del estado de ánimo tiene significación clínica más allá de ser simplemente una característica de varios trastornos psiquiátricos: está involucrado en sus orígenes y afecta el pronóstico. La inestabilidad del estado de ánimo es parte del pródromo del trastorno bipolar, y puede ocurrir en las primeras fases del trastorno por déficit de atención e hiperactividad y el trastorno depresivo. No es sólo un factor mediador en la vía de un trauma al trastorno límite de la personalidad emergente, sino también en la génesis de las alucinaciones, paranoia y trastornos psicóticos. La inestabilidad del estado de ánimo predice independientemente peor resultado a largo plazo en los pacientes eutímicos con trastorno bipolar.

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