Resumen

El concepto de síntomas básicos se origina en descripciones retrospectivas de la fase prodrómica de la esquizofrenia, publicadas en la primera mitad del Siglo XX y desarrolladas de manera continua durante su segunda mitad1 . Sin embargo, no fue sino hasta mediados de la década de 1990 cuando los síntomas atrajeron una amplia atención en dos líneas principales de investigación: un enfoque empírico para la detección temprana de la psicosis2 y un enfoque heurístico para definir la Gestalt de la esquizofrenia mediante los llamados “trastornos del yo”3 . Los síntomas son alteraciones sutiles subjetivamente experimentadas en los procesos mentales que comprenden cognición, lenguaje, atención, percepción, impulsos, tolerancia al estrés y afectos1,2,4. Después de capacitación, se les puede evaluar de manera fiable mediante una entrevista clínica desde los 8 años de edad en adelante, utilizando la versión para niños y adultos del Instrumento de Propensión a la Esquizofrenia5,6 (disponible en www.basicsymptoms.org). Se han comunicado en todas las etapas de los trastornos psicóticos, incluidos los pródromos y las etapas agudas del primer episodio y recaída, así como estados residuales1,2,4. Los síntomas básicos se consideran como una expresión sintomática inmediata de los procesos neurobiológicos subyacentes a la psicosis y la forma más temprana de síntomas autoexperimentados –de ahí el término “básico”–. En cambio, se presupone que los síntomas psicóticos atenuados y manifiestos se desarrollan más tarde, como resultado de una adaptación deficiente a los síntomas iniciales, tales como síntomas básicos o factores estresantes, cuando se sobrecargan los mecanismos protectores de un individuo vulnerable1,4. Con este enfoque en el trastorno emergente, el concepto de síntomas básicos se ha vinculado a una mejor comprensión de los orígenes de la psicosis, en particular la esquizofrenia, y con una mejora de su diagnóstico (temprano) y tratamiento..

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