Resumen
El trauma en la vida temprana es uno de los factores de riesgo más importantes para la psicopatología emocional posterior. Aunque la investigación en adultos destaca que el trauma infantil predice el déficit en la regulación de las emociones que persisten décadas más tarde, se desconoce si cambios neurales y de conducta que pueden precipitar la enfermedad son evidentes durante la formación, en los años del desarrollo. Este estudio examinó si la regulación automática del conflicto emocional es perturbado en una muestra urbana de alto riesgo con niños y adolescentes expuestos a trauma. Un total de 14 expuestos a trauma, y sus emparejados jóvenes de comparación con 16 años de edad, mismo sexo y cociente de inteligencia, se sometieron a resonancia magnética funcional mientras realizaban una tarea de conflicto emocional que implicaba categorizar afecto facial, ignorando una palabra emotiva superpuesta. El acoplamiento del sistema de regulación de conflictos se evaluó a nivel neuronal y conductual. Los resultados mostraron que los jóvenes expuestos a trauma no pudieron moderar la actividad de la corteza prefrontal dorsolateral y conectar el circuito inhibitorio cingulado de la amígdala pregenual durante la regulación de conflictos emocionales, y fueron menos capaces de regular el conflicto emocional. Además, los jóvenes expuestos a trauma mostraron una mayor reactividad relacionada con el conflicto en la amígdala, lo que se asoció con niveles disminuidos en sus rasgos de sensibilidad a la recompensa. Estos datos apuntan a un déficit relacionado con el trauma en la regulación automática de procesamiento emocional y aumento de la sensibilidad al conflicto emocional en los sistemas neuronales implicados en la detección de amenazas. La respuesta aberrante de la amígdala al conflicto emocional se relaciona con una sensibilidad disminuida hacia la recompensa que emerge como un rasgo crítico de susceptibilidad al estrés que puede contribuir a la aparición de enfermedad mental durante la adolescencia. Estos resultados sugieren que los déficits en la regulación de conflictos respecto al material emocional pueden ser la base de un riesgo psicopatológico elevado en individuos que sufren un trauma en los primeros años de vida.
Para acceder al texto completo es necesario consultar las características de suscripción de la fuente original:
