Catarina Rendeiro, doctorada en elInstituto Beckman de Ciencia y Tecnología Avanzadas ha declarado que las tasas de supervivencia de pacientes de cáncer han aumentado sustancialmente debido a la detección temprana y a los mejores tratamientos médicos.
Las quejas de los pacientes y las observaciones clínicas tras la quimioterapia han impulsado el interés en el quimiocerebro. Justin Rhodes, profesor de psicología y miembro del equipo multidisciplinar, ha asegurado que el desgaste físico de la quimioterapia es grande y es el responsable de los deterioros cognitivos a corto plazo. Además, ha añadido que los medicamentos pueden ser desarrollados para hacer frente a estos problemas, pero los efectos secundarios y las interacciones negativas con los medicamentos de quimioterapia pueden hacer que los pacientes sufren aún más. Por ello, los investigadores esperan encontrar intervenciones no farmacéuticas con menor número de complicaciones.
El objetivo principal del equipo era confirmar que el quimiocerebro era un fenómeno de larga duración. Para ello, los investigadores probaron el aprendizaje y la memoria a través del laberinto de agua de Morris, mediante el que los ratones tenían que encontrar una plataforma escondida. Los roedores que habían recibido quimioterapia tardaron más tiempo para encontrarla y fueron más lentos en comprender el objetivo en comparación con el otro grupo. Los resultados obtenidos mostraron perjuicios a largo plazo en el cerebro y comportamiento de los ratones tratados con quimioterapia.
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