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Actualidad y Artículos | Adictivos, Trastornos relacionados con sustancias y trastornos adictivos   Seguir 42

Noticia | 07/03/2008

Reflexiones sobre la hipótesis de la automedicación: Comentarios de Miguel Casas, autor de la conferencia de clausura de Psiquiatria.com

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1ª reflexión: La hipótesis de la automedicación es una hipótesis

La Hipótesis de la Automedicación, como su nombre indica, es una hipótesis de trabajo que permite combatir la tan errónea y arraigada creencia de que las drogodependencias son un “vicio”, proponiendo en su lugar nuevas explicaciones etiopatogénicas (pendientes de ser científicamente comprobadas) que exculpan al paciente y su familia de ser responsables directos de este grupo de enfermedades que denominamos Conductas Adictivas.



Como toda Hipótesis de Trabajo científica en medicina y psicología, es un instrumento, una herramienta, un proceso reflexivo que basándose en datos reales, experiencia clínica y sentido común, permite elaborar nuevas líneas de investigación para patologías complejas, como son las drogodependencias, y proponer abordajes terapéuticos más eficaces, efectivos y eficientes que mejoren el curso y evolución de estas enfermedades, con especial énfasis en la calidad de vida de los pacientes que las sufren y, también, en la de los familiares que los acompañan en su enfermedad.



Al ser designada como “HIPÓTESIS” se indica claramente que no está comprobada, ya que si lo estuviera, o hubiera sido demostrada errónea, dejaría de ser “hipótesis”. Como es natural, al ser una reflexión científica aspira y desea ser comprobada, aunque acepta las dificultades, retrasos e incomprensiones que comporta el estudiar un trastorno cerebral altamente estigmatizado que se origina en las áreas que regulan el placer, el refuerzo, las funciones psíquicas básicas, la vida afectiva, etc. y que cursa con conductas disruptivas y antisociales que, aparentemente, sólo aparentemente, están sujetas a la voluntad del individuo que las padece.



Las “hipótesis de trabajo” clínicas pueden estar años y años en situación de “hipótesis”, si los recursos técnicos que se precisan para su comprobación aun no se han desarrollado o el avance de la ciencia es lento en su área de conocimiento. Y no por ello, por tardar años en ser comprobadas, dejan de ser hipótesis productivas que ilustran y enriquecen el camino que debe ser explorado, mientras aportan tratamientos y soluciones concretas que benefician a miles de pacientes.



Como ejemplo paradigmático tenemos en psicología y psiquiatría las “hipótesis de trabajo” que sostienen toda la investigación científica en la Esquizofrenia, por sólo poner un ejemplo de los muchos que se pueden mostrar en estas disciplinas.



La Hipótesis Dopaminérgica de la esquizofrenia, con diversas modificaciones, va a cumplir pronto 50 años y goza de muy buena salud. No ha sido nunca comprobada y, sin embargo, sigue inspirando todos los tratamientos psicofarmacológicos efectivos actuales para esta enfermedad y su aplicación ha beneficiado a millones de pacientes y, por extensión, de familias en todo el mundo. Naturalmente es una hipótesis determinista, que habla de predisposición, de genética, de alteraciones cerebrales, etc. y esto muchas veces molesta porque deja poco espacio para culpabilizar a la familia o a la sociedad del desarrollo de esta enfermedad. Por desgracia, aun está muy reciente el recuerdo de las teorías de los años 70 y 80 que buscaban el origen de la esquizofrenia en la “madres esquizofrenógenas” o en la “sociedad psicotizante” y que rechazando las hipótesis científicas que iban emergiendo, “porque no habían sido comprobadas” desaconsejaban el tratamiento psicofarmacológico. Da escalofríos pensar cuanto debieron sufrir aquellas pobres madres a las que se culpabilizaba por haber “provocado”, ellas mismas, la enfermedad de sus hijos, o las familias a las que se les proponían abordajes terapéuticos anti-psiquiátricos para controlar la psicosis de sus allegados. También, actualmente, da escalofríos ver como culpabilizamos a las pobres familias que tienen el dolor de tener en su casa a un paciente con una drogodependencia, de haber contribuido a ello “por su separación conyugal”, “por no haber sabido inculcar valores”, “por no haber educado bien”, “por padecer ellos una tendencia parecida”, etc. Y a los pobres pacientes, “por no tener voluntad”, “por ser débiles de carácter”, “por buscar solamente el placer y la satisfacción inmediata”, etc.



La Hipótesis de la Automedicación no busca culpabilizar a nadie, ni pontificar con sus argumentos que reconoce, inicialmente, difíciles de aceptar. Sencillamente presenta argumentos lógicos y de sentido común, esperando que la ciencia los vaya demostrando. No tiene la ambición de proponer razones absolutas ni universales, no aspirando a ser la única explicación de la causa de las drogodependencias, por lo que convive muy bien, de forma simbiótica, con el resto de hipótesis etiopatogénicas que aceptan (este punto es innegociable) el Método Científico-Natural como instrumento de conocimiento y progreso. También, aplica gran parte de sus esfuerzos a liberar a los pacientes y a sus familias de la acusación de ser participes y culpables del desarrollo de estas enfermedades adictivas y, simultáneamente, propone y defiende argumentos teóricos para sustentar las nuevas estrategias de reducción de daños y los tratamientos de mantenimiento con sustitutivos, mientras no se consiguen abordajes terapéuticos psicofarmacológicos y psicoterapéuticos más efectivos.



La Hipótesis de la Automedicación cada día tiene mas adeptos, a pesar del empeño de sus detractores en asegurar que es una hipótesis caduca. Una prueba de ello es que hace 20 años nadie, excepto Khantzian y sus discípulos, discutían sobre ella. Hace 10 años empezó a ser defendida o rebatida en artículos científicos. Actualmente es imposible leer un articulo científico donde se aborden aspectos etiopatogénicos de las drogodependencias sin que los autores hagan referencia a ella como una posible explicación causal, más o menos importante en función de si son defensores o detractores de la misma, del origen del trastorno adictivo en determinados pacientes.



La Hipótesis de la Automedicación va por buen camino y como toda hipótesis científica espera que alguien, finalmente, la compruebe o, como pediría Poper, la refute.





En la 2ª reflexión sobre la Hipótesis de la Automedicación, el autor abordará el tema:



“Lógica y sentido común en la Hipótesis de la Automedicación”



Para consultar la conferencia completa: http://www.psiquiatria.com/articulos/adicciones/35400/

Psiquiatria.com
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Url corta de esta página: http://psiqu.com/2-15440

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