30.05.2017/ "El cigarro perjudica más aún a quienes padecen un trastorno mental, y no ayuda a en nada a estos pacientes, contrariamente a lo que ha venido defendiendo desde algunos ámbitos". Paz García-Portilla, del área de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo (Cibersam), lo dejó claro en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, en la mesa redonda celebrada con motivo del Día Mundial sin tabaco, moderada por el también psiquiatra Julio Bobes, del área de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo (Cibersam).

Paz García-Portilla recalcó la especial incidencia negativa del tabaco en los enfermos mentales graves. "La tasa de fumadores se duplica en este colectivo y hasta hace poco se fumaba en las unidades de psiquiatría". "Estas personas que ya tienen un estigma social, se enfrentan a las propias barreras que pone el sistema para impedirles acceder a tratamientos para dejar de fumar", añadió.

Rosyris Guzmán, especialista en pulmón del HUCA, señaló que el tabaco es un enemigo oculto "porque siempre está ahí pero apenas se nota. Un no fumador puede desarrollar las mismas enfermedades que un fumador, sólo por respirar ese humo ambiental".

La doctora ofreció datos significativos, como el hecho de que en el mundo hay 1.200 millones de fumadores enganchados a un hábito que provoca seis millones de muertes al año, de los que más de medio millón son fumadores pasivos. "Cuando alguien nos pregunta si nos molesta que fume debemos responder directamente que no nos molesta, nos enferma", indicó la neumóloga,

Pere Casan, jefe del Área del Pulmón del HUCA abogó por tomar mucho más en serio el tabaquismo y sus repercusiones en la salud de adultos y menores. "El fumador es un enfermo y por tanto debe ir al médico", aseguró.