Resumen
Los autores buscaron determinar la relación entre el dolor moderado y el dolor más severo y los trastornos por uso de opioides por prescripción médica en la población no institucionalizada de los Estados Unidos. Se utilizó un modelo de ecuación estructural para evaluar prospectivamente la interdependencia del dolor y el trastorno por uso de opiáceos prescritos en ondas 1 (2001-2002) y 2 (2004-2005) de la Encuesta Epidemiológica Nacional sobre Alcohol y Condiciones Relacionadas. El dolor se midió con una escala de 5 puntos de interferencia relacionada con el dolor en las actividades diarias y se dicotomizó como "sin dolor" (no o poca interferencia) o "dolor" (interferencia moderada a extrema). El trastorno por uso de opiáceos por prescripción médica se evaluó mediante una entrevista estructurada (Programa de Entrevista de trastornos por consumo de Alcohol y Discapacidades Asociadas-versión DSM-IV). Otras covariables incluyeron edad, sexo, ansiedad o trastornos del estado de ánimo, y antecedentes familiares de drogas, alcohol y problemas de conducta.
En el modelo de ecuaciones estructurales, los trastornos por dolor y los trastornos por uso de opioides prescritos se asociaron significativamente entre sí al inicio y a los 3 años de seguimiento. Sin embargo, mientras que el dolor al inicio también se asoció significativamente con el trastorno por consumo de opiáceos prescrito en el seguimiento, la prescripción del trastorno por uso de opiáceos al inicio no se asoció con el dolor en el seguimiento. Estas asociaciones eran independientes de varios antecedentes demográficos y características clínicas. El camino para la interferencia del dolor se asoció con un aumento relativo del 41% en el riesgo de desarrollar un trastorno por consumo de opiáceos por prescripción médica.
Las condiciones dolorosas contribuyen al riesgo de trastornos por consumo de opiáceos por prescripción médica. Para ayudar a reducir la incidencia de abuso de opioides prescritos y dependencia en adultos con dolor moderado a severo, se justifica un cuidadoso monitoreo y consideración de tratamientos alternativos no opioides.
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