Autor/autores:
Ian B. Hickie y Jacob J. Crouse
El Área Prioritaria de salud mental de Wellcome Trust ha destacado recientemente la relevancia de los trastornos del sueño y del ritmo circadiano (SCRD) como posibles factores vinculantes en los principales trastornos del estado de ánimo, la ansiedad y los psicóticos. Este enfoque se alinea con la tendencia actual hacia la prevención indicada, la intervenci&oacu...
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El Área Prioritaria de salud mental de Wellcome Trust ha destacado recientemente la relevancia de los trastornos del sueño y del ritmo circadiano (SCRD) como posibles factores vinculantes en los principales trastornos del estado de ánimo, la ansiedad y los psicóticos.
Este enfoque se alinea con la tendencia actual hacia la prevención indicada, la intervención temprana y la prevención secundaria en salud mental.
Los avances en la comprensión de la biología básica del sistema circadiano han sido promovidos por el Premio Nobel de Medicina o Fisiología en 2017. Se ha descubierto que la exposición a la luz, tanto durante el día como durante la noche, tiene un papel importante en la regulación del estado de ánimo y otros aspectos del comportamiento humano. Además, se ha identificado una relación entre la desregulación circadiana y una variedad de trastornos mentales, incluyendo depresión, trastorno bipolar, ansiedad y psicosis.
La evidencia acumulada sugiere que la desregulación circadiana puede ser un diagnóstico cruzado más que un trastorno específico, y está estrechamente relacionada con estados de ánimo inestables, impulsividad, desinhibición y fenotipos inmunometabólicos.
Estudios prospectivos han demostrado que una desregulación circadiana preexistente se asocia con un mayor riesgo de desarrollar trastorno bipolar.
El sistema circadiano se presenta como un objetivo potencialmente importante para un tratamiento más personalizado de los trastornos del estado de ánimo. Sin embargo, se requiere una mayor inversión en investigación para comprender mejor la sincronización del reloj circadiano interno y su alineación con el ciclo externo de luz y oscuridad, así como para desarrollar métodos de detección más precisos y accesibles. Una inversión coordinada en esta área podría conducir a nuevos avances terapéuticos significativos.
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